La consola es el conjunto del teclado o teclados -incluido el de los pies-, las palancas de los diversos registros de sonidos, y otras palancas que permiten combinar los teclados unos con otros. Puesto que algunos tubos pueden estar colocados en el interior de una caja expresiva -con paneles que se abren y cierran para aumentar y disminuir el sonido- también suele tener uno o dos pedales para manejar la expresión del órgano, la cantidad de sonido que debe salir por los tubos.
Actualmente, los órganos modernos, disponen de un ordenador que permite guardar las combinaciones de registros previamente almacenadas para que el organista no tenga que ir tocando las palancas de los registros y pueda hacerlo de una manera mucho más rápida y sencilla.
La moderna consola de la foto corresponde al órgano de la concatedral de Santa María de La Redonda, en Logroño. La restauración la llevó a cabo Federico Acitores; (la foto es nuestra).
Debajo del teclado principal, el inferior, se pueden ver unos botones que guardan combinaciones de los registros para que el intérprete no tenga que perder tiempo en sacar las palancas de los registros. El organista prepara previamente esas combinaciones.
Los pedales de la zona inferior sirven para mezclar los registros en uno o varios teclados. El pedal central permite que se abran más o menos algunos de los "armarios" o cajas que contienen los tubos; así se obtiene mayor o menor sonoridad. Por eso, el teclado superior es llamado "expresivo", ya que se puede aumentar o disminuir la sonoridad.
Actualmente, los órganos modernos, disponen de un ordenador que permite guardar las combinaciones de registros previamente almacenadas para que el organista no tenga que ir tocando las palancas de los registros y pueda hacerlo de una manera mucho más rápida y sencilla.
La moderna consola de la foto corresponde al órgano de la concatedral de Santa María de La Redonda, en Logroño. La restauración la llevó a cabo Federico Acitores; (la foto es nuestra).
Debajo del teclado principal, el inferior, se pueden ver unos botones que guardan combinaciones de los registros para que el intérprete no tenga que perder tiempo en sacar las palancas de los registros. El organista prepara previamente esas combinaciones.
Los pedales de la zona inferior sirven para mezclar los registros en uno o varios teclados. El pedal central permite que se abran más o menos algunos de los "armarios" o cajas que contienen los tubos; así se obtiene mayor o menor sonoridad. Por eso, el teclado superior es llamado "expresivo", ya que se puede aumentar o disminuir la sonoridad.